Crecí en una familia con muchas inquietudes artísticas, rodeados de libros de arte y viajes culturales. De mi madre, una enamorada de la cerámica y representante de un escultor en los años 80, heredé la pasión por este maravilloso mundo y un espíritu inquieto que me lleva a estar siempre buscando retos nuevos.
Estudié fotografía en el Reino Unido, de donde es mi familia materna, y al regresar a España trabajé durante 10 años como fotógrafa en una revista.
Más tarde di un giro radical y estuve trabajando como intérprete – traductora oficial.
Hace unos años la suerte o el destino quiso que empezara a tomar clases de cerámica con Mari Ángeles, la verdad es que las piezas comenzaron a encajar y casi sin darnos cuenta comenzamos esta estupenda ‘aventura’ empresarial, aunque más bien es una aventura vital…